lunes, 9 de agosto de 2010

A los compañeros/as:

Debemos hacer que las cosas sucedan y no esperar que sucedan.

Los constructores de una nueva generación de hombres políticos, está en marcha. Pero no siendo instrumento de personalismos individuales, sino siendo parte o eslabón de un todo, de una organización.
Nos organizamos para la construcción de un nuevo espacio de participación política popular. El encierro partidocrático nos demostró cómo se anulan las ideas, provocando internismos que limitan la democracia, anulando la verdadera meta de la política, que es el bien común, el de no servirse, sino del servicio para servir a los demás.



Llamamos a la participación, al compromiso de ser verdaderos actores, protagonistas, constructores del presente y futuro de la Nación Argentina.
Con un sólo compromiso: el de defender los intereses del pueblo. Para ello debemos crear órganos de control, con el objeto de que se cumplan las verdaderas misiones, que deberá tener el órgano de gobierno. Por ello debemos estar unidos.
El pueblo quiere lo que queremos y como somos pueblo poseemos la receta. La Unidad Nacional deja de lado todo tipo de sectarismos. Esta organización tiene como objeto la paz, el amor y no críticas estériles sino proyectos. Sin odios ni rencores para  alcanzar nuestro destino de grandeza.
Argentina atraviesa una severa crisis cultural, profundizando lo político, económico y social. Notemos que en la letra constitucional se observa el federalismo como eje de nuestra organización política, lo cual en la práctica, termina sólo siendo una expresión literal. Porque en los hechos funcionamos unitariamente.
La cultura ha sido reemplazada por la denuncia, la desconfianza, lo mediático, el rencor, el resentimiento o sea una pobre cultura. Estas cualidades no construyen, por lo contrario producen mediocridad.
Hoy la discusión de ideas, no se permiten en Argentina y no porque no las haya. Debemos construir ideas nuevas, superadoras y trascendentes.
Debemos elaborar una estrategia de País Hoy.



La vida de un dirigente tiene que volver a ser como alguna vez lo fue.
Para ello sugiero algunos puntos a tener en cuenta:
Comportamiento: debemos ir en busca de la sabiduría como el soldado va a la guerra, sin miedo, con respeto y seguridad.

Acción: calculando todo y actuar después de haber reflexionado bien, sobre lo que debo hacer, asumiendo con responsabilidad nuestros actos.
Un militante no puede quejarse o arrepentirse, debe luchar constantemente en nuevos desafíos, no a las descalificaciones y comportamientos que eliminan el diálogo.

Por ello y todo lo expuesto en esta misiva, convocamos “Al Gran Encuentro de los Argentinos para El Diálogo por la Construcción Nacional”.

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